Llegó al primer asteroide en el cual se encontraba un rey, aprende que hay que juzgarse uno mismo, que es más difícil que juzgar a los demás. Si logras juzgarte bien, eres un verdadero sabio.
En el segundo asteroide se encuentra a un vanidoso que solo quería que le admiraran y alabaran, pero el principito no entendía a este personaje, porque, ¿para qué sirve que te admiren?. El principito supo que los vanidosos solo entienden las alabanzas.
El siguiente planeta estaba habitado por un bebedor, del cual comprendió que este bebía para olvidar y sentía vergüenza de ello. De este modo comprendió que no hace falta tener que beber para olvidarse de las penas.
El cuarto planeta estaba ocupado por un hombre de negocios, aprendió que el hombre de negocios por muchas estrellas que poseía no era útil a ninguna de ellas, mientras que él tenia una flor y tres volcanes a los que quería y cuidaba, comprendió que él si que les era útil a ellos.
En el quinto planeta había un farolero, el principito se da cuenta que este no se preocupa por sí mismo sino por otras cosas. También le llamo la atención que el farolero estaba cansado de tanta puesta de sol y quería dormir, en lo que al principito le gustaban...
En el sexto planeta había un geógrafo, el principito no le encontraba a esto sentido, ¿de que servia ser geógrafo si en su planeta no había ni ríos, ni montañas etc.?, Además, las montañas y los océanos no cambian de lugar, y en cuanto a su pregunta sobre los volcanes, recibio la respuesta de que los volcanes da igual que estén encendidos o apagados. Comprendió que su flor estaba sola en su planeta, sin protección y amenazada de desaparecer próximamente.
El séptimo planeta fue la tierra, allí conoció a una serpiente que le dijo que si fuera un terrícola lo podría matar con su picadura, como era de otro planeta era superior a ella. Encontró una flor, la cuál había visto pasar a mucha gente a los cuales el principito buscaba. La flor contesto que como no tienen raíces nunca se sabe donde están. Encontró al eco, el principito penso que qué raros son los terrícolas, si siempre repiten lo que se les dice. Encontró un jardín de rosas, de las cuales se quedo estupefacto, creía que la suya era la única, Supo que poseía una rosa extraordinaria a la cuál quería y cuidaba. Encontró un zorro que la ayudo a conocer el verdadero sentido de la amistad y el concepto de domesticar: crear lazos. Encontró un guardagujas que le hizo ver que uno jamas se siente contento donde esta, siempre busca nuevos horizonte.
domingo, 3 de febrero de 2008
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